Para garantizar el crecimiento de manera sostenible de las empresas fabricantes como la nuestra, es importante tener en cuenta las certificaciones que amparan y validan las buenas prácticas en lo que a la gestión de su materia prima se refiere.
En el post de hoy, os hablaremos del PEFC y del FSC®, así como de la diferencia entre ambas.
¿Qué significa PEFC?
Las siglas PEFC hacen referencia a (Programme for the Endorsement of Forest Certification). Está promovido por una entidad de ámbito mundial sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es el sostenimiento controlado de los bosques con el fin de lograr un equilibrio tanto en el ámbito social, como en el económico y por supuesto medioambiental.
Está al amparo de asociaciones madereras y productores de madera, por lo que nos encontramos con una gestión llevada a cabo desde el entorno privado.
En este enlace, podréis consultar qué empresas están certificadas con este sistema.

¿Qué significa FSC®?
Por su parte, las siglas FSC hacen referencia a (Forest Stewardship Council)®. Al igual que PEFC, también se trata de una organización mundial sin ánimo de lucro, que busca la gestión forestal desde los tres entornos a través de sistemas de certificación forestal y su etiquetado para poder garantizar su custodia. Además, permite asegurar la trazabilidad del material forestal recuperado por lo que garantiza esta trazabilidad desde el origen hasta el fin.
Está resguardado por Greenpeace y World Wide Fund for Nature (WWF).
Esta certificación, implica una mayor gestión ya que es más exigente.

Beneficios de la certificación PEFC y FSC
Contar con cualquiera de estos dos certificados, hace que una empresa obtenga beneficios tanto en términos cualitativos como cuantitativos.
Desde el punto de vista de la calidad, certificarse bien sea como PEFC o FSC®, hace que la compañía tenga prestigio y sea valorada positivamente tanto por sus competidores como por los consumidores.
En términos cuantitativos, esta certificación atraerá a nuevos clientes que apuesten por incluir la sostenibilidad y las buenas prácticas medioambientales en sus prácticas empresariales.

Como resumen, un consumo de materia prima sostenible y certificado bajo uno de los estándares reconocidos a nivel mundial en este ámbito, asegura y garantiza a largo plazo la calidad y la sostenibilidad del suministro.
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