En posts anteriores hemos hablado de la variedad de dispositivos de control que existen en el mercado, en éste vamos a profundizar en los de tipo electrónico o “loggers”. Cuando la carga a transportar, por sus características constructivas, requiere de un mayor control, es necesario el uso de estos elementos ya que son capaces (a diferencia de los mecánicos) de medir aceleraciones puntuales o continuadas de pequeño módulo en los tres ejes, definiendo la dirección y sentido de las mismas. Estos dispositivos constructivamente disponen de un acelerómetro interno además de sensores de humedad, luminosidad y temperatura en función del modelo.
Estos loggers son capaces de medir y grabar en su memoria interna gran número de datos siendo una herramienta muy eficaz a la hora de monitorizar un transporte completo. Dependiendo del fabricante y de las necesidades del cliente estos dispositivos son capaces de almacenar datos de: intensidad lumínica (ante una apertura del embalaje), temperatura, humedad y por supuesto impactos en los tres ejes (en función de la resultante G).
Su batería tiene una vida aproximada de dos años aunque este dato varía en función del dispositivo y de la frecuencia de grabación de datos. Esta batería se podría reemplazar pasado este periodo o incluso en algunos casos aumentar con otra pila del tipo comercial AA/AAA.
Disponen de un interface específico que permite gestionar el dispositivo de forma sencilla y eficaz, además su conexión se efectúa en la mayoría de dispositivos de forma inalámbrica. Permiten también gestionar el almacenamiento del mismo, designando entre otras cosas la frecuencia de muestreo y los valores máximos permitidos pudiendo ajustar alarmas de incidencia.
En la siguiente imagen podemos ver una ventana de un software / interface para un dispositivo de control concreto.
Estos datos se exportan de forma sencilla a una hoja de cálculo para su posterior tratamiento y análisis, pudiendo guardar los datos en distintas extensiones para garantizar su compatibilidad con los diferentes programas.
Como hemos visto estos dispositivos son más complejos en su construcción que sus “hermanos menores” ( detectores de impacto mecánicos), pero permiten un seguimiento más exhaustivo de todo el proceso de expedición y transporte, lo que permite conocer en todo momento el lugar, la fecha / hora y la magnitud de cualquier impacto o agente nocivo que pueda dañar la mercancía, facilitando la evaluación de responsabilidades ante cualquier imprevisto.